domingo, 10 de enero de 2016

JUVENTUD Y LA EXPERIENCIA EN LA VIDA.


UNA BELLA VIDA

MI CUADERNO PERSONAL ( 7 )




En la medida  en que transitamos por la vida debemos verla en línea recta, porque las sinuosidades, curvas y ángulos que percibimos en la juventud y en la adultez, van desapareciendo con la madurez y posterior vejez.

Como consecuencia de ello, entiendo que la vida tiene sentido y contenido más allá de lo material, del hacer y poseer, porque la meta es llegar a ser.  Para Pitagoras, una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida. Así, madurez, sentido y contenido de vida debe llevarnos a reconocer que somos parte de una sociedad y el compromiso no es sólo con nosotros o con los más próximos y cercanos, sino en general con nuestros semejantes. El servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Nadie se ocupa de quién no se ocupa de nadie. En definitiva, da sin medida y te darán sin medidas.

En estos días navideños, el cine ha sido mi revulsivo  con la película El Becario y donde se comprueba que la ansiada jubilación no es tan maravillosa como se espera. Su protagonista, Ben Whitaker, un viudo de 70 años lo descubre y no duda en entrar de nuevo en el mercado laboral como un becario experimentado de un sitio de modas online   y administrado por Jules Ostin, creadora y CEO (Directora Ejecutivo) de la empresa, que al principio esta distante con el nuevo aprendiz, pero cuando su puesto peligra por ser considerada una jefa blanda, la visión y la experiencia del nuevo colaborador es la única manera para salir airosa de su problema.

Hoy que tanto hablamos de renovaciones, cambios políticos, económicos, sociales ..., esta comedia pegada a la actualidad que se centra en la figura de los becarios y su utilización en el mundo laboral, sirve  para mostrar de  una manera irónica y frívola el conflicto generacional entre los jóvenes sobrecualificados y la veteranía y experiencia laboral de un jubilado.

Así. es necesario que tengamos presente que cuando se envejece  la belleza se convierte en cualidad interior aunque por desgracia  todo que envejece no crece intensamente. No es algo garantizado en la vejez y de ahí necesitamos que se hagan realidad y se reflejen en nuestra ayuda y solidaridad hacia otras personas y causas, que quizás en el pasado o en nuestras épocas de juventud, no le dimos la debida importancia.

En conclusión, hay que ayudar al que lo necesita porque no es sólo parte de nuestro deber, sino de la felicidad. Por lo tanto, una bella vida es ayudar a otros porque es vital para poder vivir y ser parte de una sociedad.

" Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos ". San Agustín.

1 comentario:

  1. Fantástico texto Laureano. Creo que esa visión es la que tiene que llevarnos a todos hacia delante.
    Un abrazo

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