martes, 22 de enero de 2019

Cultura y Consumo

Cultura y Consumo
23 de enero de 2019





Podemos comenzar recordando uno de los significados originarios de la palabra ¨cultura¨ -cultivar- y poniendo un sencillo ejemplo:

En los tiempos que vivimos nos resulta fácil comprobar que hemos dedicado todo nuestro tiempo a cultivar la planta (la parte más visible), mientras descuidábamos el cuidado de la raíz (la parte sustancial). Así, es frecuente encontrar a una persona con una doble titulación y varios ¨masters¨ que, sin embargo, desconoce quién fue Shakespeare, qué río pasa por Sevilla, o si ¨hacer¨ se escribe con o sin ¨h¨.

Cuando esto sucedía hace unos años y preguntabas el por qué, te respondían que ¨porque lo primero servía para algo y lo segundo no¨. Hoy en día, cuando los currículos impresionantes son legión y las ocasiones de colocación limitadísimas, cuando se busca en los aspirantes algo más que su super-especializada formación… puede que sea el momento indicado para empezar a reflexionar sobre el cuidado de la ¨raíz¨, de la propia cultura personal. Y hacerlo de forma y manera que despierte interés.

Para continuar podemos apuntar que, como nos recuerdan los manuales, para provocar el consumo deberíamos ¨crear la necesidad y facilitar el acceso al producto¨.

En el caso de la ¨cultura¨ y su consumo, ejemplos sencillos como el descrito, pueden servirnos para empezar a justificar la necesidad de cultivar el contexto personal de cada cual más allá de sus ámbitos cotidianos y profesionales.

Será necesario ofrecerles después un abanico de posibilidades atractivas y fácilmente asequibles.

Y, es entonces, cuando nuestro Proyecto de Activación de Consumo Cultural cobra sentido. Sobre un esquema de funcionamiento general establecido (charla introductoria que sitúa el acto en su contexto; desarrollo del acto; comentario crítico de lo visto, su conexión y sentido en nuestra actualidad) se pueden proyectar actividades diversas (teatro, cine, música, literatura, arte urbano…etc.)

En una primera fase, teniendo en cuenta que la época del año en la que estamos nos invita a llevar a cabo ¨acciones de interior¨, nos centraremos en un ciclo coordinado de cine, teatro, literatura y música. Partiendo de la reflexión sobre un tema común que, reflejado en la historia tenga vigencia en nuestros días, contendría: representaciones teatrales –en directo o gravadas-, visionado de películas, conciertos o recitales musicales, y lecturas literarias.