martes, 14 de marzo de 2017

NO da Más de sí

Y claro, después de los saqueadores, ya llegan los empresarios “contribuyentes”, en fila india, desmintiéndole.






XAVIER VIDAL- FOLCH

Desde que afloraron a la luz el saqueo del Palau y el caso 3%, Artur Mas ha exprimido a fondo la panoplia canónica de explicaciones, excusas y coartadas.
A saber: que si sus contratos públicos eran impecables; que si las aportaciones de las licitantes al partido eran generosas y legales; que si “quieren hacernos daño”; que si es un acoso de terceros (el Estado) contra nosotros (la Nación); que si nos persiguen “por nuestras ideas”.
Todo eso le valió mientras los dos casos judiciales por presunta financiación ilegal de Convergència no habían llegado al punto de ignición: la vista oral del Palau y las acusaciones de empresarios “contribuyentes” del 3% a su hombre de confianza y gerente, el exconsejero Germà Gordó... autoconjurado a no caer solo.
Para bandear evidencias y asechanzas de la oposición, le bastaron la tozudez y un discurso acerado aprendido en las aulas de la dura escuela Aula. Y en las bancadas de la oposición a Pasqual Maragall. Ahí aprendió hasta el siniestro golpe de difamar a su rival tildándole de borracho, cuando solo empezaba a fallarle la memoria. Ese es el Artur en estado puro y despiadado.
Con los focos judiciales cegando su retina, ya no da Mas de sí. Si dice que le atacan porque debe “molestar mucho”, surgen muecas leves. Cuando arenga a los suyos alegando que el enemigo se ceba en Convergència (CDC) porque “da más miedo” que Esquerra (y no porque fuese una cloaca), los jóvenes turcos de su partido rezan para que haga mutis como el patriarca Pujol. Temen que su empecinamiento les liquide, y a su honesto proyecto.
La quiebra de todas las coartadas ha llegado al calificar a los saqueadores, antes amigos —que dan detalles ante el juez de cómo facilitaban que CDC se lo llevase crudo—, de ladrones que formulan “pura invención o pura mentira”. ¿Cómo puede saberlo quien siempre juró no saber nada de las cuentas del partido? ¿Quien aseguró que eran sus tesoreros quienes tenían “plenos poderes para hacer lo que creyesen conveniente”, en administración ciega, sin dar cuentas a nadie? Así lo explicó al Parlament en julio de 2013. O dijo verdad entonces o la dice ahora.
Y, claro, después de los saqueadores, ya llegan los empresarios “contribuyentes”, en fila india, desmintiéndole. Qué agonía.

sábado, 11 de marzo de 2017

¿Quién quiere el 155?

No asistimos a una lucha global entre fascismo y liberalismo, sino entre verdad y mentira.







Se han disparado las ventas de 1984,la novela de George Orwell sobre la vida en un régimen totalitario. Quieren convertirla en un musical de Broadway. Y es que el pasatiempo intelectual de moda es encontrar paralelismos entre la política actual, con sus Trump, Le Pen o Putin, y el fascismo. Es un error
.
El mundo no está viviendo una deriva totalitaria, sino autoritaria. No es una diferencia semántica, sino de sustancia. Los regímenes totalitarios, como el fascismo, el nazismo o el comunismo, tienen un objetivo positivo. Quieren unos ciudadanos comprometidos con la causa. Para ello montan sistemas propagandísticos, como el Ministerio de la Verdad descrito por Orwell, que transmiten sus mentiras. Los líderes totalitarios necesitan la credulidad de los súbditos. Consecuentemente, tratan de controlar los intercambios de información.

Por el contrario, los líderes autoritarios tienen un objetivo negativo. No quieren que los ciudadanos crean noticias falsas, sino que no crean nada. Ni sus mensajes ni los de la oposición. Anhelan que los ciudadanos desconfíen de cualquier fuente de información y así no abracen causa política alguna. Para ello es bueno que la información circule de forma contradictoria y descontrolada.

Los autócratas más longevos cultivan la desafección. La base social del franquismo no eran unos ciudadanos comprometidos, sino apáticos. Que no se creían las mentiras del régimen, pero tampoco las verdades de la oposición. Así consiguió Franco durar más que todos los dictadores totalitarios de entreguerras. Y morir en la cama.

Ese es el peligro al que nos enfrentamos. No asistimos a una lucha global entre fascismo y liberalismo, sino entre verdad y mentira. No ha sido la polarización ideológica, sino las mentiras (conspiraciones sobre el 11-S, terrorismo o inmigración) lo que ha traído a los líderes del nuevo autoritarismo. No les venceremos intentando persuadir a los ciudadanos de las bondades de un mundo democrático, abierto y liberal, sino confrontando sus mentiras con verdades neutras y asépticas.

No es el liberalismo, sino la verdad la que nos hará libres.

 @VictorLapuente

1984

No asistimos a una lucha global entre fascismo y liberalismo, sino entre verdad y mentira.





Se han disparado las ventas de 1984,la novela de George Orwell sobre la vida en un régimen totalitario. Quieren convertirla en un musical de Broadway. Y es que el pasatiempo intelectual de moda es encontrar paralelismos entre la política actual, con sus Trump, Le Pen o Putin, y el fascismo. Es un error.

El mundo no está viviendo una deriva totalitaria, sino autoritaria. No es una diferencia semántica, sino de sustancia. Los regímenes totalitarios, como el fascismo, el nazismo o el comunismo, tienen un objetivo positivo. Quieren unos ciudadanos comprometidos con la causa. Para ello montan sistemas propagandísticos, como el Ministerio de la Verdad descrito por Orwell, que transmiten sus mentiras. Los líderes totalitarios necesitan la credulidad de los súbditos. Consecuentemente, tratan de controlar los intercambios de información.

Por el contrario, los líderes autoritarios tienen un objetivo negativo. No quieren que los ciudadanos crean noticias falsas, sino que no crean nada. Ni sus mensajes ni los de la oposición. Anhelan que los ciudadanos desconfíen de cualquier fuente de información y así no abracen causa política alguna. Para ello es bueno que la información circule de forma contradictoria y descontrolada.

Los autócratas más longevos cultivan la desafección. La base social del franquismo no eran unos ciudadanos comprometidos, sino apáticos. Que no se creían las mentiras del régimen, pero tampoco las verdades de la oposición. Así consiguió Franco durar más que todos los dictadores totalitarios de entreguerras. Y morir en la cama.

Ese es el peligro al que nos enfrentamos. No asistimos a una lucha global entre fascismo y liberalismo, sino entre verdad y mentira. No ha sido la polarización ideológica, sino las mentiras (conspiraciones sobre el 11-S, terrorismo o inmigración) lo que ha traído a los líderes del nuevo autoritarismo. No les venceremos intentando persuadir a los ciudadanos de las bondades de un mundo democrático, abierto y liberal, sino confrontando sus mentiras con verdades neutras y asépticas.

No es el liberalismo, sino la verdad la que nos hará libres.

 @VictorLapuente

Fillon y Mas

FILLON Y MAS



Nuestra política se define hoy, para bien o para mal, como la ficción maniquea de un mundo escindido entre el buen pueblo y una élite corrupta y moralmente inferior. Todos buscamos de nuevo, ya sea por contagio, el refrendo del grupo frente a esa jet judicial, política o periodística que miramos con recelo y desprecio. Problemático como es, el asunto se agrava cuando este argumentario deja de ser el copyright de partidos populistas y ocupa todo el paisaje político.


Lo vemos en figuras del viejo establishment, como Fillon, el nuevo mártir de laRépublique, o en Mas, otrora hombre de orden. Al peligrar su supervivencia, no dudan en abrazar una visión personalista de la democracia. Su arremetida contra “el gobierno de los jueces” es la típica apostilla que salía de las fauces de los Le Pen o Berlusconi. Ahora, Fillon afirma que “el único juez” es el pueblo, mientras Mas limita la democracia a una mera expresión electoral. La paradoja, nos dice Rosanvallon, es que ese “pueblo aritmético” que representa una porción electoral se sitúa por encima de un cuerpo constitucional que también tiene una función representativa: defender nuestros valores y derechos.

El relato interesado de “el poble sóc jo” se construye siempre sobre un subterfugio que esconde el simple afán de poder, pero no hay ganancia posible en debilitar los poderes neutros que nos protegen garantizando el pluralismo. Es un axioma olvidado: en democracia no se pueden escindir los elementos propiamente electorales de los que facilitan su funcionamiento institucional, por mucho que Mas identifique democracia con el puro acto de votar.

El legítimo hartazgo ante la corrupción, el cinismo político y la burocratización ofrecía dos salidas: un programa de refundación democrática o apelar a las bajas pasiones de siempre. Nos lo advirtió Todorov: la democracia engendra sus propios fantasmas. Es así como el populista se disfraza de valores democráticos, apela a la tribu y pasa inadvertido. Por eso, lo que unos llaman un nuevo contrato social es en realidad una profunda crisis, huérfana de auténticas propuestas de regeneración. Porque toda patria, todo pueblo, tiene también algo de presidio.

 @MariamMartinezB

REALIDADES DIARIAS

REALIDAD
Facilitador, y no entorpecedor, Echenique




Enredados en la discusión política (presupuestos sí, presupuesto no, y con quién…) PSOE y Podemosno pueden olvidar que la importancia de unas cuentas públicas es dar respuesta a demandas razonables del ciudadano. El campo aragonés tomó ayer las calles de Zaragoza para recordar esta máxima tan sencilla: los sindicatos agrarios están descontentos con el apoyo que recibe el sector desde la DGA y solicitan más fondos en las cuentas que se registrarán la semana que viene en las Cortes para su debate y posterior aprobación. La pitada a Echenique de los manifestantes es una enseñanza sobre lo que el aragonés espera de su partido (como de otros): que sea facilitador de buenas políticas, y no entorpecedor.




Realidad virtual, alternativa... ¿real?

EL INDEPENDIENTE

Cada mañana, justo cuando los diarios norteamericanos van a celebrar las         reuniones de lanzamiento,   el     presidente Trump   difunde     un tuit que condiciona   a   partir   de  ese momento la agenda informativa. De esta  forma,  distrae   la atención  de   los      periodistas, controla el marco de la actualidad y tantea a la opinión pública mediante globos sonda perfectamente medidos. Es increíble, pero un ámbito tan supuestamente democrático y social como las redes internaúticas ha acabado siendo de utilidad para un neoconservador extremo, un facha redomado. El tipo impulsa así la expansión de una realidad alternativa, que es una pura y simple mentira pero seduce a millones de ciudadanos.
Los expertos (al menos los que han desfilado por el último Congreso de Periodismo Digital celebrado estos días en Huesca) creen que mucha gente, estafada, desposeida y privada de futuro por las élites, reacciona con una arrolladora sed de venganza y actúa y vota a la contra, aun a costa de perjudicar sus propios intereses. Adios a los hechos ciertos, a los datos incontrovertibles, a la lógica política. Así, se genera un espacio imaginario en el que, por ejemplo, un español de a pie cree conveniente apoyar a Rajoy o tolerar que gobierne sin presupuesto ni programa, porque así les enmienda la plana a las inútiles izquierdas, a los soberanistas catalanes, a las feministas o a los cineastas subvencionados.
Mientras, la realidad virtual nos acongoja de tal forma que incluso los periodistas intentamos protegernos de quienes apenas podrían molestarnos de palabra, mientras soportamos en silencio las sutiles presiones de aquellos otros (poderosos de verdad) que nunca amenazan en vano. Ayer, en la capital altoaragonesa, varios de nosotros, plumíferos o radiofónicos, intercambiamos sobre la marcha y en los pasillos del Palacio de Congresos experiencias personales: ceses, despidos y represalias programados desde la Moncloa aznarí. Por aquel entonces, los que hoy dirigen Podemos aún estaban en Bachillerato. ¡Ufff!, qué dura es la realidad... real.
CONSECUENCIA
Malas costumbres y malas decisiones
Hay una (mala) costumbre en política: buscarse problemas donde no hay. Ha ocurrido esta semana en el Ayuntamiento de Zaragoza, que ha tenido que dar marcha atrás tras su (mala) decisión de impedir que federaciones y colegios siguieran utilizando la piscina del parque de Bomberos. Siendo un acuerdo beneficioso, con costes muy limitados, para cientos de usuarios, ¿qué intentaba el edil Alberto Cubero cuando amagó cortar los convenios?

El Periódico de Aragón.

viernes, 10 de marzo de 2017

Feminismo para hombres

Se trata, quizás, de perder privilegios para ganar libertad







Cuando un hombre se acerca al feminismo suele hacerlo planteándose preguntas similares a las siguientes: ¿qué rol pienso que deberían ocupar las mujeres en nuestra sociedad? ¿Considero que tiene que cambiar, que debe avanzar, para así alcanzar una igualdad plena? Si la respuesta se parece a un sí, entonces resuelve ser feminista. Normalmente, todas las demás cuestiones que le vayan surgiendo colgarán de este reposicionamiento con respecto al papel de la mujer. Pero este proceso suele ocultar otro, complementario, que no solo es una obligación, sino que también puede constituir toda una oportunidad.

 Las desigualdades sociales son casi siempre cosa de dos extremos, más que de una desviación respecto a la media. En el caso del género, la correspondencia del rol subalterno de las mujeres es la construcción de una identidad masculina dominante. Sin lo segundo no existe lo primero. Es normal que el foco tienda a ponerse en la figura femenina, pero al mismo tiempo para nosotros el trabajo pendiente no solo es unirnos a la causa, sino preguntarnos en qué consiste nuestra identidad, qué rasgos de ella hemos asumido como propios y por qué lo hemos hecho.

responsabilidad, efectivamente, porque sin una reconsideración del papel social de los hombres parece imposible que se rompan techos de cristal, se cierre la brecha laboral, disminuya la violencia y los abusos o que el reparto de los cuidados y de las tareas en el hogar sea equilibrado. Tenemos que vernos a nosotros mismos limpiando, criando, renunciando, perdiendo y, en definitiva, cambiando.
Pero al mismo tiempo es una oportunidad porque los roles masculinos son, aunque mucho más ventajosos que los femeninos, también en gran medida heredados, construidos a base de expectativas más o menos explícitas que la sociedad impone sobre los hombres. Ponerlos en tela de juicio abre nuevas puertas en nuestra construcción identitaria. No pocos se sorprenderán al descubrir que se sienten más cómodos escogiendo algo distinto de aquello que el mundo les tenía preparado. Se trata, quizás, de perder privilegios para ganar libertad. 
@jorgegalindo

lunes, 6 de marzo de 2017

A LAS ARMAS

Históricamente, los incrementos masivos en los presupuestos de seguridad han sido el preludio de un conflicto





Transcurridos unos pocos días desde el comienzo de las operaciones militares en Afganistán en octubre de 2001, el jefe las fuerzas estadounidenses confesaba ante la prensa con gesto apesadumbrado que sus tropas “se estaban quedando sin objetivos”. Un país agrícola plagado de casas de adobe no estaba a la altura del mejor ejército del mundo.

Algo parecido pasó en 2003 en Irak. Y eso que en esta ocasión, el objetivo a batir era el ejército de un país con abundantes recursos petrolíferos y galvanizado en guerras recientes. Pero pese a las bravatas de Sadam Hussein sobre la “madre de todas las batallas”, la siempre descrita en los medios como “temible Guardia Republicana” le duró 21 días al ejército de EE UU. Así que, pese a la inexistencia de armas de destrucción masiva, George W. Bush pudo darse la satisfacción de “patear el trasero” (sic) de Sadam sin apenas despeinarse.

Salvo el pequeño detalle de que, como es habitual en estos casos, ante una fuerza superior, el enemigo se convirtió en insurgencia y forzó una larga y costosa ocupación que, según un estudio del Instituto Watson de 2008, costó cuatro billones de dólares. En ambos casos, EE UU descubrió que conquistar un país es más fácil y menos costoso que pacificarlo, reconstruirlo y gobernarlo.

El gasto en defensa de EE UU supera al de los siguientes 14 países, así que, al contrario de lo que dice Trump, su ejército no tiene ningún problema para “ganar guerras” ni parece necesitar un incremento del gasto del 9%, equivalente al presupuesto de defensa anual de Rusia. Con lo que tiene un problema enorme es con reponer la vajilla, asear el local, pagar la factura y marcharse a casa.

Si algo hemos aprendido de estas guerras y sus 250.000 víctimas es la necesidad de evitarlas, algo que solo la diplomacia, que no parece el fuerte de Trump, puede evitar. Y como le han recordado 140 generales, la ayuda al desarrollo, que también quiere recortar, es fundamental para garantizar la seguridad. Es de necio confundir valor y precio. Y más necio aún confundir seguridad y defensa. Históricamente, los incrementos masivos en los presupuestos de seguridad han sido el preludio de un conflicto. Mi máxima seguridad equivale a la máxima inseguridad de alguien. 


@jitorreblanca 

POBRES HOMBRES BLANCOS

Al parecer, las mujeres, los negros y los gays somos “grupos culturales”





MARIAN MARTINEZ

Se dice que el triunfo de Trump se basó en su apelación al pueblo frente a la atomización demográfica del discurso demócrata. Ante las fracturas étnicas, raciales o sexuales, el magnate propuso una visión general integrada en un agente colectivo. Rascando, resultó que al pueblo lo representan los blancos trabajadores dejados al albur de la globalización. Estos sujetos oprimidos optaron por un señor histérico y disparatado, descargando su ira sobre una mujer. Clinton habría fraccionado al electorado y simbolizaría el mal radical del neoliberalismo y el establishment político.

Al lamento se unió la tradicional izquierda con su habitual sentido religioso: nos hemos salido del redil de la clase trabajadora que encarna nuestras esencias, y estamos purgando la culpa. Embaucados por las trivialidades de la gauche caviar, como la violencia, el lenguaje, la división sexual o racial del trabajo, abandonamos a nuestro electorado más ultra, desconcertado ante el imparable progreso igualitario. ¡Pobres! Volvamos, pues, a la volonté générale, al ansia totalizadora de la homogeneidad, a cantar a la nación unificada con una sola voz al precio de siempre: identificar la masculinidad blanca heterosexual con el ciudadano universal. Al parecer, las mujeres, los negros y los gays somos “grupos culturales” y racismo y sexismo no son modos de dividir a los trabajadores. Lo sabemos desde Marx: la categoría de trabajo socialmente reconocida no nos pertenece.

Por lo visto, incorporar la perspectiva femenina es divisivo: se pierde “visión de conjunto”, aunque no exista ningún país que trate a las mujeres igual que a los hombres; aunque la desigualdad de género esté en profunda correlación con la pobreza o las mujeres seamos vistas esencialmente como cuidadoras, reproductoras o puntos de descarga sexual. Cuando el pensamiento político y económico debiera ser feminista, resulta que hemos olvidado al pobre hombre blanco. Curiosamente, quienes más sufren la discriminación por la misoginia de tipos como Trump son las únicas que levantan una oposición real en las calles. Así será el 8 de marzo, y previsiblemente durante muchos años más. 

@MariamMartinezB

sábado, 4 de marzo de 2017

BANCO ALIMENTOS CIVITAS FACU FEBRERO 2017

BANCO ALIMENTOS CIVITAS FACU FEBRERO 2017




El Banco de alimentos CIVITAS / FACU está integrado por dos asociaciones sin ánimo de lucro basado en el VOLUNTARIADO y cuyo objetivo es recuperar alimentos, especialmente no perecederos, de la sociedad y redistribuirlos entre las personas necesitadas del barrio Las Fuentes, evitando cualquier desperdicio o mal uso.



R E S U M E N


ATENCIONES REALIZADAS:

. Familias atendidas: 97
               Familias de 3 miembros o más: 52
               Monoparentales: 45

. Plan Apoyo a la Infancia las Fuentes

. Proyecto Desayunando


ALIMENTOS:

. entradas alimentos mes………………………………….. 3.132 kilos

. salidas mes ……………………………………………… 2.456 kilos

Desglose Salidas: Banco Alimentos de Zaragoza………………            1.121 kilos
Banco CIVITAS / FACU ………………………………............             1.335 Kilos




. alimentos entregados mes de Febrero …………                2.456 kilos
. restan en el almacén ……………………………                    690 kilos