viernes, 23 de octubre de 2015

Regeneradores desde la mentira


 
Susana Sumelzo
 
Hay una parte amarga en la actividad política. La que va ligada a la calumnia y al rumor sin ningún fundamento. Si alguien cree en el sistema democrático y sus garantías soy yo, como creo en la Justicia.

Me parece intolerable que algunos quieran hacer política desde la mentira. Detrás de ello hay algo mucho más grave que los infundios que se propagan sin control en determinados canales de información que actúan de forma cómplice e irresponsable, tratando de convertir en carnavalada algo tan trascendente como la política. Lo que hay detrás, y eso debería hacernos reflexionar a todos, es una premeditada intención de dinamitar un sistema democrático que a pesar de sus imperfecciones, todavía funciona y ofrece garantías a los ciudadanos.

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Esos dinamitadores se parapetan en una falsa estratagema de regeneración democrática que no es tal, puesto que el rumor y el aforismo “calumnia que algo queda” no será nunca regenerador, sino más bien un método ilícito y populista para captar el voto de muchas personas descontentas y que se sienten defraudadas por los errores que los partidos políticos hemos podido cometer.

En política es imprescindible la crítica y el control riguroso. Pero es despreciable la utilización de algunos vehículos informativos de dudoso prestigio –que además consiguen desprestigiar injustamente a los que de forma honesta trabajan a diario en la búsqueda de la verdad y el rigor para la conformación de la opinión pública—para alcanzar objetivos tan legítimos como el poder. Si esto es la nueva política, yo no quiero saber nada de ella. La nueva política no consistirá jamás en el aprovechamiento de la carroña. La nueva política nunca se hará desde medios marginales o desde platós de algunos programas de televisión. La nueva política es la que defendemos una generación de personas de todo el espectro ideológico que trabajamos cada día con ahínco por mejorar la sociedad, por alimentar el espíritu crítico, por cambiar las cosas desde la honestidad y la transparencia. El resto es un casino de tahúres que se aprovechan de las fallas del sistema y de una crisis económica atroz que ha traído pareja una de valores tan dañina como la primera.

Es perverso extender la mentira y la difamación. Pero más perverso es saber que alguien la recogerá con guantes de seda para utilizarla y presentarse como alguien con las manos limpias y salvapatrias.

Susana Sumelzo.

Diputada por Zaragoza Congreso de Diputados

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