La investigación, que abarca de 2003 a 2009, analiza la decisión de ir a la guerra de Irak
1. Base jurídica insuficiente para la guerra
Sir John Chilcot, el ponente de la comisión de investigación, ha concluido
que "las circunstancias en las que se decidió que existía una base legal para la
acción militar de Reino Unido en Irak no eran aceptables". El informe cita
algunos de los defectos detectados en el proceso legal, principalmente la
recomendación del fiscal general presentada en una reunión del Gabinete de
Blair, en la que no se debatió el asunto en detalle. El informe afirma que
"había muy poco apetito por interrogar a lord Goldsmith, no hubo ningún debate
acerca de la legalidad de sus propuestas".
2. Manipulación de la inteligencia
El informe critica explícitamente la manera en el entonces primer ministro,
Tony Blair, presentó públicamente la información de la inteligencia británica.
Sostiene que los servicios de inteligencia "no concluyeron más allá de la duda
razonable" que Sadam Hussein producía armas químicas y biológicas. Las
declaraciones de Blair se basaron en sus convicciones y no en los juicios
emitidos por el Comité de Inteligencia Conjunta (JTC) [en referencia a la parte
del Gabinete británico encargada de dirigir las distintas organizaciones de
inteligencia].
Los servicios de espionaje británicos también son criticados en el informe,
por "no haber profundizado en la posibilidad de que Irak no tuviera armas
biológicas o químicas".
3. La acción militar cuando las alternativas pacíficas no se habían agotado
Una de las informaciones más contundentes de la investigación dirigida por
Chilcot es que "no se habían agotado las alternativas pacíficas" en el momento
en el que Reino Unido decidió sumarse a la guerra de Irak. El 18 de marzo,
cuando se produjo la votación parlamentaria, "todavía quedaban vías diplomáticas
por explorarse, la acción militar no era la única opción existente".
4. Al Qaeda
Tony Blair había sido advertido reiteradamente de que la invasión de Irak
podía desencadenar una mayor actividad terrorista de Al Qaeda, según el informe.
No solo se le avisó de que la presencia de Al Qaeda en Irak se vería
fortalecida, sino que "se le advirtió de que la invasión sería una amenaza para
el Reino Unido".
5. Fallos estratégicos
"La situación de Irak en 2009 [fecha en la que concluye el periodo analizado
por la investigación] no cumplía con ninguno de los objetivos descritos en enero
de 2003". Los éxitos estratégicos fueron muy limitados", afirma el informe.
Sostienen los investigadores que al final del periodo analizado "la profunda
división sectaria amenaza la estabilidad y unidad del país".
6. Planificación del escenario posterior a la invasión
El informe critica la falta de planificación para el país tras el
derrocamiento del régimen. "El Gobierno tenía acceso a multitud de información
que hacía prever que la tarea posbélica debería ser ingente para poder aportar
estabilidad y unidad a Irak". Las expectativas presentadas por el Gabinete en
2003 demuestran que no se había analizado al detalle los riesgos y retos de la
invasión.
El País
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