domingo, 6 de diciembre de 2015

MI CUADERNO PERSONAL ( 3 ).

LA NECESIDAD DE UNA REFORMA CONSTITUCIONAL AHORA.
 

Constitución de 1978
Hace 37 años yo era un joven con poco más de veinte años de existencia y uno de aquellos españoles que aprobamos por abrumadora mayoría la vigente Constitución. En todo momento supe lo que votaba, aunque no conocía la letra menuda pero si los grandes principios y los nuevos valores que esa aprobación traía a mi Pais porque confiaba al depositar el voto afirmativo en que España debía parecerse a los demás Estados que conformaban Europa.

Con libertad de conciencia adquirimos confianza en sí mismos y se rompió con aquel absurdo tabú tan  interiorizado  de no poder gobernarnos a nosotros mismos y de que la democracia nos conducía inevitablemente a la confrontación violenta. Así, la Constitución de 1978 conformo una nación constituida, donde la soberanía reside en el pueblo español y de la que emanan los poderes del Estado, configurandolo como social, democrático y de Derecho; reconociendo a las nacionalidades y regiones que la integran y disponen de autonomía. Ahí empieza una España, constitucional, de éxito, que supera la anomalía del franquismo y pasa a la normalidad, a ser una nación europea con más protagonismo en la U E y que entró en el euro. Todo ello, con un marco jurídico idóneo para realizar la gran transformación que sucedió.

Coincido  con el profesor de Derecho Constitucional Francésc Carreras en que hoy es necesario ponernos de acuerdo, con una voluntad política verdadera y firme de iniciar una reforma constitucional consensuada  porque su naturaleza lo exige. Necesitamos mayorías mucho más amplias y donde su contenido sólo es congruente con mostrar que se esta dispuesto a estudiar, conjuntamente con los demás partidos, su conveniencia.

Por lo tanto, no debemos olvidarnos que cuanto más autoritarios e injustos son los gobiernos, más recurren a la estrategia política del silencio...  y a la propaganda para gestionar los conflictos sociales y así ahogar la rabia y la desesperación de los ciudadanos víctimas de la injusticia. George Lakoff escribió que las gentes no votamos teniendo en cuenta los hechos, como podría pensarse de seres presumiblemente racionales, sino que en realidad votamos desde nuestros valores, estrechamente ligados a las emociones.

En definitiva, sigamos la recomendación del profesor Francesc Carreras: Reformemos sí. Con algunas sustanciales reformas, pero escojamos bien los procedimientos para no equivocarnos en las soluciones o llegar a callejones sin salidas que las impidan.

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