lunes, 3 de octubre de 2016

Esclavitud en el siglo XXI

Editorial

El demoledor informe de la Walk Free Foundation, una organización altruista cuyo empeño es acabar con la esclavitud en el mundo, es ciertamente estremecedor. En dos años, han aumentado en 10 millones las personas que viven privadas de libertad y sujetas a los designios de otros, sin haber cometido otro delito que nacer. Unos 46 millones de seres humanos viven como esclavos, la gran mayoría en países asiáticos (el 58%), pero también en la civilizada Europa. Lo son por distintas causas: desde la codicia comercial a la intervención de estados dictatoriales, siempre con el menosprecio a la dignidad y a los derechos más elementales. Los esclavos contemporáneos trabajan, sin poder de decisión sobre sus vidas, en fábricas inmundas o en burdeles, en grandes plantaciones de algodón, en campos de concentración o como empleadas del hogar. En Europa, por ejemplo, más del 80% del total son esclavas que provienen o bien de países del Este o de países subsaharianos. El tráfico de personas se abastece de la pobreza y la desesperación, por supuesto, y también de los flujos ocasionados por los conflictos y la inmigración. Y del engaño. La cifra es en verdad escalofriante y los testimonios que ofreció hace unos días EL PERIODICO la personifican. Debemos concienciarnos y, en la medida de lo posible, al menos como consumidores, exigiendo garantías de lo que compramos, hemos de luchar contra una lacra intolerable el pleno siglo XXI.

El Periódico de Aragón.-

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