domingo, 4 de junio de 2017

COVFEFE

LA RUEDA




ENMA RIVEROLA
Qué hubiera hecho Hitler con un móvil en la mano y la posibilidad de escribir tuits? ¿Y Stalin? ¿Y Nerón? Esos hombres que pueblan las páginas de los libros de historia con sus territorios conquistados, sus matanzas y sus venganzas. «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzados las tropas nacionales sus objetivos militares. La guerra ha terminado». ¡Justo! 140 caracteres, la victoria de Franco cabe en un tuit.
Imaginemos una noche tonta de Atila. Una mala digestión de Iván el Terrible. Un momento de ira de Pol Pot. En un tuit no hay lugar para los matices, para las miradas de condena o de clemencia ante una orden. Con 140 caracteres se puede llamar al odio, a la violencia, al vandalismo.
El presidente norteamericano, Donald Trump, se paseó recientementepor Europa. Se reunió con los principales presidentes. De regreso, elevó la tensión con Alemania a golpe de tuit. Usando algunas palabras en mayúsculas, esas que destilan tanta determinación como mala educación. Pasada la medianoche del martes escribió un mensaje inconcluso y sin sentido. La aparición de una palabra inexistente, covfefe, despertó hilaridad en las redes. Y sí, la anécdota tiene gracia, pero el trasfondo no, ninguna. La historia está llena de personajes que lograron hacer entrar en razón o, al menos, matizar los delirios de los poderosos. Muchos pagaron sus consejos o sus intrigas con la vida. La idea de un Trump sin filtros aleccionando al mundo no es divertida.


*Periodista

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