sábado, 31 de agosto de 2019

DESDE MI VENTANA.

FIN A LA HIPOCRESÍA COLECTIVA





En estos días me ha influenciado el artículo del Sociologo Stephan Lessenich, El País, Fin a la hipocreís colectiva, dónde señala que lo que se necesitaría para salir del dilema de la externalización sería algo equivalente a una REVOLUCION CULTURAL.

Una cosa esta clara, al mundo no lo cambiamos a base de decisiones individuales de no usar las libertades que nos ofrecen y de restringir nuestro consumo de energía o de recursos naturales. Las cosas solo cambiarán si colectivamente decidimos dejar de producir millones de cosas que restringen o anulan las libertades de los otros. Para ello, lo que hará falta es un nuevo contrato social, "juntos convenimos que no queremos seguir viviendo a costa de otros".

La perversión de nuestra "Sociedad de la abundancia" es que para mantener las condiciones de vida se hace necesario dañar a otros. Por ende, para gozar de sus pequeñas libertades tiene que privar a otros de las suyas.

El despertar de ese sueño ojala este comenzando y estemos realmente cambiando. De ahí, esta editorial de El Periódico titulado: "MATTEO SALVANI, A LA OPOSICION".



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