domingo, 15 de enero de 2017

Adiós, 2016, adiós

Adiós, 2016, adiós

VUELO SIN MOTOR " el amigo Félix "





Félix Teira.


En 2016 germinaron las simientes negras sembradas en el 2008 dando paso a un tiempo inquietante. La secuencia de acontecimientos es la siguiente: El capitalismo sirvió al progreso cuando selló un pacto tácito con la socialdemocracia y los beneficios alcanzaron a todo el cuerpo social. Con la socialdemocracia en declive, el capitalismo especulativo falleció de éxito en el 2008. Mucho antes había caído el Muro de Berlín y desapareció el comunismo que había servido de dique de contención. El capitalismo especulativo era el gallo del corral, carecía de función social y su misión era engordar hasta reventar de hartazgo. Y lo logró. Cayeron bancos que nos habían estado estafando y los que no quebraron hubo que apuntalarlos con dinero público. La crisis desestabilizaba occidente.
¿Y quiénes se hundían? Los pobres, como siempre. Siguieron ocho años de recortes, estúpida austeridad y desmantelamiento parcial del estado de bienestar. El mensaje subliminal era corrosivo: la democracia no resolvía los problemas del ciudadano, estaba a la vista. Los vigilantes de la playa financiera habían mirado hacia otro lado mientras el mar se llenaba de cadáveres de cajas de ahorro.
Si la democracia no mejora la vida diaria, el ciudadano apuesta por un caballo diferente, aunque sea peligroso. La argumentación es simple: si con los de siempre, derechas o izquierdas, me va mal, voy a probar con los puros. De paso les hago una peineta a los partidos tradicionales que no me resuelven nada. La crisis es el principal combustible para el crecimiento de la extrema derecha.
Con este afán de aventura acabaron dos procesos electorales de resultados inauditos y consecuencias impredecibles. El brexit es una patada a una de las utopías más hermosas del pasado siglo: una Unión Europea que caminara hacia la unión política con un mensaje de progreso económico y social inequívoco; es cierto que lleva una década languideciendo, optando por las patrias y dirigida por políticos cegatos incapaces de encender la llama del entusiasmo. Si gana Marine le Pen en Francia se enterrará el proyecto. El otro proceso electoral ha llevado a Trump, un millonario excéntrico, a la presidencia del país más poderoso. Su programa pregona un proteccionismo rampante, trufado con inversiones keynesianas en obra pública, y prevé aspectos demenciales: valla con México, deportación masiva de inmigrantes, prohibición de entrada temporal en EEUU de musulmanes, negación del cambio climático, acercamiento a la Rusia de Putin... El mundo, votantes de Trump incluidos, aprieta las nalgas pensando en el futuro. ¿Llevará a cabo lo anunciado? ¿Fue de farol para ganar la presidencia?
Un grupo aplastado por la crisis es el de inmigrantes y refugiados. Cuando las cosas van mal lo primero que se pierde es la solidaridad. El rechazo a los inmigrantes está en el fondo de los resultados del Brexit y las presidenciales americanas. Mientras tanto el Mediterráneo, cuna de la civilización, se está convirtiendo en cementerio de hambrientos y huidos.
Por todo ello, adiós al año pasado y bienvenido el 2017. Prometo escribir artículos más optimistas, en los que los fines sociales convivan con un capitalismo humano que nos saquen de la crisis con pleno empleo y cotas de igualdad. Usted y yo pondremos nuestro grano de arena para que así sea. ¿O no?.
*Escritor

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